domingo, 15 de agosto de 2010

LOS MEDIOS DE COMUNICACION EN LA POLITICA



1 INTRODUCCIÓN
Autoritarismo, en ciencia política, sistema de Gobierno e ideología donde todas las actividades sociales, políticas, económicas, intelectuales, culturales y espirituales se hallan supeditadas a los fines de los dirigentes y de la ideología inspiradora del Estado. Varias características importantes distinguen el autoritarismo —que es una forma de autocracia propia del siglo XX—, de otras formas anteriores, como el despotismo, el absolutismo y la tiranía. En las formas anteriores de autocracia, la gente podía vivir y trabajar con una cierta independencia, siempre y cuando no se inmiscuyera en política. Sin embargo, en el autoritarismo moderno el pueblo se ve obligado a depender por entero de los deseos y caprichos de un partido político y de sus dirigentes, por regla general a causa de la adhesión de éstos a una ideología que lo engloba todo. Las autocracias anteriores estaban gobernadas por un monarca o por cualquier otro aristócrata, que gobernaba basado en un principio, como por ejemplo el derecho divino de los reyes, mientras que el Estado autoritario moderno está con frecuencia dirigido por un partido político, que encarna una ideología que dice tener la autoridad universal y no permite ninguna discrepancia de lealtad o conciencia.
2 GOBIERNOS AUTORITARIOS
Entre los países con gobiernos considerados de forma habitual como autoritarios estuvieron Alemania, bajo el nacionalsocialismo de Adolf Hitler; la Unión Soviética, especialmente bajo el gobierno de Stalin; y la República Popular China, bajo el mandato comunista de Mao Zedong (Mao Tsé-tung). Existen otros gobiernos que también han recibido el nombre de autoritarios como, por ejemplo, el de Italia bajo Benito Mussolini, el de España bajo Franco, el de Corea del Norte bajo Kim Il Sung, el de Siria bajo Hafiz al-Assad y el de Irak bajo Saddam Hussein.
3 EL PARTIDO Y SUS INSTRUMENTOS
En un régimen totalitario, los miembros del partido en el poder se convierten en la elite de la nación. La sociedad entera está sujeta a una organización jerárquica en la que cada individuo es responsable ante otro que ostenta un puesto de mayor autoridad con la única excepción del jefe supremo, en el caso de que exista, que no debe rendir cuentas a nadie. Todas la agrupaciones sociales no gubernamentales son o destruidas en su totalidad o coordinadas para que cumplan los fines del partido y del Estado.
La supeditación total del individuo se hace posible gracias a una avanzada organización burocrática y a la tecnología industrial. Entre los elementos decisivos de las dictaduras totalitarias se encuentran el monopolio de los medios de comunicación, una policía secreta aterrorizadora, el monopolio de todas las armas efectivas de destrucción y una economía centralizada. Es la ideología del Estado totalitario la que, sin embargo, proporciona la justificación (y a menudo los principios funcionales) para la propagación universal de la estructura gobernante. En sus aspiraciones universalistas el autoritarismo ha sido comparado con la teocracia.
3.1 El control de los medios de comunicación
Gracias al monopolio de los medios de comunicación, el partido en el poder y el gobierno se hallan en posesión de todos los canales que el pueblo utiliza para recibir información, consejo y orientación. Todos los periódicos, revistas y libros, además de la radio, la televisión, el teatro y el cine están controlados y dirigidos desde el poder. Todos los escritores, oradores, actores, compositores, poetas y artistas en el más amplio sentido están encuadrados en organizaciones controladas por el partido y reciben la licencia del gobierno. Lo corriente es que se les pida que sean miembros del partido. En todos los medios de comunicación se impone la línea del partido, es decir, la interpretación que el partido hace de los acontecimientos, por medio de la censura.
3.2 La policía secreta
El aparato de la policía secreta emplea las teorías y técnicas de detección científica del crimen y de la psicología moderna. Aterroriza a la población con métodos diferentes y mucho más crueles de los empleados por los sistemas policiales de las autocracias anteriores. La policía secreta totalitaria se vale de instituciones y elementos como el campo de concentración, los juicios manipulados y las confesiones públicas para extender el terror de Estado. Uno de los peligros inherentes al sistema totalitario es la posibilidad de que la propia policía secreta se haga con el control interno del partido.
3.3 El control del armamento
El monopolio de todas las armas efectivas de destrucción es un atributo de todos los gobiernos contemporáneos. No obstante, en los Estados totalitarios, que no proporcionan ningún medio legal para realizar un cambio de gobierno, los acontecidos, como por ejemplo los levantamientos acaecidos en la República Democrática de Alemania (hoy parte de la Alemania unificada) en 1953 y en Hungría en 1956, tienen escasas posibilidades de alcanzar el éxito debido al uso que, sin vacilar, el Estado hace de ellas para aplastar a los disidentes, como ocurrió en China en los sucesos de Tiananmen. Tanques, aviones, y otras armas proporcionan al Estado totalitario una fuerte defensa contra la revolución o la protesta de los disidentes.
3.4 El control de la economía
La economía centralizada permite al Estado autoritario explotar a su población en aras de la conquista de territorios extranjeros y la revolución mundial. Todos los recursos, por ejemplo, pueden ser concentrados en un único proyecto militar importante. El tipo totalitario de economía posibilita al aparato de Estado el control de los trabajadores y los hace dependientes del gobierno. Sin permiso de trabajo nadie puede obtener un empleo y puede ser retirado por acciones tales como la no conformidad con malas condiciones de trabajo. Por todo esto los trabajadores de un régimen totalitario reciben a veces el nombre de esclavos del Estado.

DERECHO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION



DERECHO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACION


Derechos de los medios de comunicación, conjunto de normas que regulan la forma de llevar a la práctica las libertades de expresión y transmisión libre del pensamiento, las ideas y las opiniones a través de la palabra, la escritura o cualquier otro medio de comunicación, complementado por el derecho a comunicar o recibir con libertad información veraz por cualquier medio de difusión. Junto a los derechos o libertades de expresión e información, se suscita la duda de si los mismos también incluyen la libertad de creación en sí del propio medio. Por lo común, el Derecho no pone trabas, en los países democráticos, al derecho a la posibilidad de crear medios escritos; sin embargo, la apertura de emisoras o estaciones de radio o televisión encuentra mayores restricciones, pero para los actuales profesionales no hay acceso en los medios solo para las personas aficionadas
En la práctica, el Derecho de los medios de radiodifusión se caracteriza por una copiosa y detallada regulación que contrasta con el reconocimiento de la libertad de prensa en relación con la naturaleza e intensidad de las interferencias ajenas. La regulación se justifica por la existencia de limitaciones en el número de frecuencias disponibles. En teoría, la prensa no se encuentra limitada en este aspecto, pero el desarrollo de los sistemas de cable de fibra óptica y la difusión por satélite han revolucionado el campo, hasta el punto que el establecimiento de emisoras se considera más como la prestación de un servicio público que como derivación natural de la libertad de información.
No son pocos los países que monopolizan para el Estado u otros entes públicos municipales o regionales la implantación de cadenas de televisión. Allí donde se permite la creación de medios privados, es bastante frecuente que se limite su número, o que se articule un sistema mixto de gestión directa por los entes públicos e indirecta por los particulares a través de concesiones administrativas.
La legislación en materia de medios de comunicación social característica de los Estados democráticos prohíbe la censura previa, y admite el secuestro de publicaciones y grabaciones o de otros medios de información sólo cuando ha mediado la resolución judicial previa. De igual modo, la preocupación lógica por el pluralismo informativo lleva a la necesidad de establecer una legislación especial acerca del uso de los medios en los procesos electorales, a fin de que las distintas fuerzas políticas consigan hacerse oír.


miércoles, 4 de agosto de 2010

LA MAQUINA DE SKINNER


LA MAQUINA DE SKINNER



LA MAQUINA DE SKINNER

En su libro de 1954, Skinner ya señalaba que dividiendo las etapas de aprendizaje de una tarea en pequeños pasos, y que estos recibiesen reforzamiento contingente, podría incrementar la frecuencia de respuestas correctas, y por tanto facilitar el proceso de aprendizaje con los mínimos errores posibles. Para ello sugirió que las “maquinas de enseñanza” podrían presentar ese material en pequeños pasos y proporcionar reforzamiento inmediato sobre cada respuesta del alumno. En aquellos momentos la tecnología de ordenadores no se había iniciado siquiera, solo se utilizaban relés y mecanismos semi-electricos.

La “maquina de enseñanza” diseñada por B. F. Skinner era un artefacto que hoy veríamos como primitivo (igual que el primer ordenador de Pascal), pero que utilizaba los principios de conducta para mejorar el proceso de aprendizaje de conceptos y términos escolares. Su mayor aportación fue el concepto de “enseñanza programada” que creó con esa maquina.

Precisamente ha sido su hija, Julie Vargas Skinner quien se ha especializado en la enseñanza programada, especialmente en la llamada “Instrucción Directa”, como forma de diseñar un programa educativo individualizado, definiendo objetivos, tareas y actividades en un determinado contenido educativo. Ella narra en una pequeña biografía como Skinner tuvo la idea de las “maquinas de enseñanza” al visitar la escuela (11-11-1953) de uno de sus hijos, en la clase de matemáticas, donde se dio cuenta que el profesor hacia todo lo contrario a los principios del aprendizaje, los niños hacían problemas de matemática uno tras otro, sin recibir feedback alguno, hacían cuentas una tras otra sin saber si los resultados estaban bien o no. Aquella misma tarde ya había diseñado su primera maqueta de “maquina de enseñar”.










Fotos de dos ejemplares de maquinas de enseñanza donde el alumno puede escribir la respuesta en un lateral, y hacer avanzar los siguientes ítems o tares programadas

Básicamente consistía en una caja sobre la que el alumno situaba la hoja de los conceptos para aprender, y sobre ella otra lámina ocultaba parte del texto. El alumno iba leyendo el texto, y aprecia una pregunta que debía contestar por escrito, eligiendo entre varias alternativas o rellenando una palabra. Una vez contestando perforando el espacio correcto, el propio alumno rodaba la lámina y descubría la respuesta correcta. Si era así, la maquina continuaba al siguiente concepto y anotaba un punto como reforzador; si la respuesta no era correcta no dejaba avanzar, ya que el texto debía leerse y contestarse de nuevo. Una variación de ese tipo de maquinas educativas de la época, y que todavía entre los juguetes actuales que se regalan a los niños, es el “conector” (o similar nombre comercial). En una lamina con dibujos o colores, el niño conecta un pequeño lápiz con electrodo sobre un punto (el dibujo) y otro sobre la palabra, si la respuesta es correcta se enciende una luz o sonido.

Esa primera maquina no hacia sino presentar los problemas o cuentas matemáticas una tras otra, pero dando feedback sobre la solución en cada una. Tres años después había desarrollado la secuencia en pasos para que el alumno aprendiese progresivamente. Había nacido la instrucción programada. Durante diez años estuvo trabajando en diversas maquinas para enseñar a los estudiantes de Harvard. Las maquinas eran puramente mecánicas, no había nada de electrónica en ellas. Como producto de los diversos materiales educativos, Halland y Skinner publicaron un libro en 1974 para enseñar los principios del comportamiento a los estudiantes. En este libro el alumno debía tapar la respuesta y consultarla solo una vez respondida la pregunta (algunos mirábamos la solución antes….). El desarrollo posterior de esas maquinas mas sofisticadas, ya no permitían ver las soluciones, y solo aparecían al responder y mover la rueda de avance del texto, presentando así las contingencias oportunas.

El hecho fundamental es que cada respuesta del alumno debe recibir contingencias inmediatas. Pero las “maquinas de enseñanza “que ideo, y que llego a construir, no estaban pensadas como elemento único del aprendizaje, sino como un apoyo a la programación que hubiese realizado el profesor. De esta forma, mientras la maquina proporcionaba la tarea programada en los conceptos de lectura o aritmética, el profesor podía proporcionar apoyo o autorización a varios alumnos. La maquina no enseñaba por si misma, sino que ponía en contacto al alumno con el material de una forma estructurada, y le ayudaba en el aprendizaje progresivo de conceptos mas complejos. De esta forma, pensaba que la instrucción mecanizada y la instrucción programada podrían integrarse en la escuela, no reemplazando al profesor, sino proporcionándole un instrumento para el aprendizaje progresivo, con los mínimos errores y con reforzamiento contingente.

Skinner desarrollo su “maquina de enseñanza” en 1958, basada en un modelo previo de Pressey, pero con notables cambios. Por un lado, la maquina presentaba información y textos que leyera el alumno, y por otro el alumno debía componer su respuesta escribiendo, es decir, no meramente señalar o seleccionar una respuesta ya dada. Además, la maquina presentaba las tareas para aprender en pequeños pasos progresivos, diseñados en una secuencia programada de lo mas fácil a lo mas difícil. Se utilizaban los principios de reforzamiento diferencial, moldeamiento progresivo, analisis de tareas, ayuda y desvanecimiento, aprendizaje-sin-error, etc., conceptos todos ellos utilizados posteriormente en la enseñanza más habitual.

En un maquina utilizada para enseñar ciencias naturales (en la foto), los textos con preguntas y respuestas estaban escritos en un disco, colocado dentro de la caja, a través de una pequeña ventana el alumno podía leer y ver la pregunta escribía la respuesta en un lateral de otra ventana, y giraba el disco que hacia aparecer la respuesta correcta. Al avanzar el mecanismo, la respuesta escrita por el alumno ya estaba cubierta y no podía cambiarla. Posteriormente el profesor verificaba las respuestas, y si había errores presentaba de nuevo el mismo material de estudio, solo cuando se superaba esa lección el alumno podía poner el siguiente disco, y ser reforzado por su progreso.

MAQUINA DE ENSEÑANZA DE SKINNER utilizo en un proyecto para enseñar ciencias naturales en Harvard. Imagen procedente del National Museum of American History

Con esas experiencias, Skinner publico su libro “Tecnologia de la Enseñanza” (1968) con la idea de aplicar los principios de la conducta para mejorar el proceso de enseñanza escolar. Otros autores desarrollaron posteriormente muchos de esos principios en laenseñanza de niños con retraso, la escuela primaria, secundaria y también en la universidad. Entre esos principios se encuentra el de “Enseñanza Programada”, que consiste en la elaboración de un texto para aprender de forma autónoma por el alumno, pero programado de forma tal que haya contingencias de reforzamiento inmediatas sobre cada nuevo concepto aprendido, y que el proceso de aprendizaje se produzca de forma gradual, de más sencillo a más difícil.

Muchos de los cursos actuales por ordenador o por internet siguen estos mismos principios. El texto está previamente programado, pero el alumno no puede ir a cualquier parte del texto, sino que ha de seguir los pasos predeterminados, y ha de contestar a preguntas y demostrar que ha asimilado los conceptos anteriores; y además el programa presenta reforzamiento positivo sobre los avances conseguidos en cada capitulo. La dificultad está en el profesor que realiza esa programación, puesto que ha de estructurar los contenidos, dividir en etapas cada contenido, analizar las tareas en cada concepto, imaginar formas de comprobar la asimilación de ese contenido, y de reforzar positivamente cada nuevo concepto.

En castellano se tradujeron en su momento dos textos programados (que hoy son casi incunables) para aprender el propio Analisis de Conducta: Halland y skinner (1980), y Sidman (1978). Hoy son cientos de libros que intentan enseñar diversas materias escolares





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